Las restaruaciones fueron realizadas junto a Maria Dora Lasalandra
Durante el proceso de intervención en el retablo, se llevaron a cabo una serie de acciones para garantizar su adecuada preservación y restauración. Estas acciones abarcaron:

Limpieza integral: se ejecutó una limpieza meticulosa y delicada en todas las superficies del retablo, aplicando métodos y productos adecuados para eliminar la suciedad acumulada sin dañar los materiales originales.
El propósito fundamental fue recuperar la integridad estética y visual del retablo, eliminando capas de suciedad y polvo que podrían comprometer su apariencia y legibilidad.

Reposición de elementos faltantes: se identificaron y reemplazaron cuidadosamente aquellos elementos que estaban ausentes o dañados en el retablo, siguiendo criterios de autenticidad y respetando los valores históricos y estéticos del conjunto.
Esta tarea fue crucial para restablecer la integridad material y simbólica del retablo, asegurando su completitud y coherencia visual.

Reintegración cromática: se llevaron a cabo tratamientos de reintegración cromática con el fin de recuperar o mejorar la tonalidad y el brillo de las áreas pigmentadas del retablo, utilizando técnicas reversibles y materiales compatibles con los originales.
Este proceso fue fundamental para revitalizar la paleta cromática del retablo, resaltando detalles y relieves que habían perdido su viveza debido al paso del tiempo o la exposición a agentes ambientales.
Ensamblaje y estabilización estructural: en los casos en que el retablo presentaba desajustes o fragmentaciones, se llevó a cabo un cuidadoso proceso de ensamblaje y estabilización estructural, empleando técnicas y adhesivos específicos para cada tipo de material.
El objetivo primordial fue asegurar la integridad física y funcional del retablo, restableciendo su solidez y cohesión como objeto cultural y devocional.

Montaje en pared y adecuación espacial: se realizó una instalación meticulosa y respetuosa del entorno arquitectónico, asegurando una
adecuada integración espacial y visual del conjunto.
Este proceso implicó un análisis detallado de las características estructurales y estéticas del entorno, así como la selección de sistemas de
fijación seguros y discretos para el montaje del retablo.
